“No dejar piedra sobre piedra... destruir todo.”
Así rugió Avigdor Lieberman,
ex-gorila de discoteca y actual Ministro de Relaciones Exteriores de Israel,
acerca de la destrucción de la infraestructura militar palestina,
Odiador de todo lo árabe,
en 2002 defendió el bombardear a Teherán y Beirut,
aplastar a Cisjordania, y asesinar a Yasir Arafat.
Años antes afirmó, sobre la liberación de varios presos palestinos,
que hubiese sido mejor arrojarlos para que se ahogaran en el mar.
Es, junto a su camarada Benjamín Netanyahu, Primer Ministro israelí,
uno de los verdaderos enemigos de la humanidad.